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MAGNETISMO

 

Deshacernos de lo viejo

 

Muchas veces he reflexionado sobre determinadas situaciones problemáticas que la vida me ha presentado. Estas situaciones han llegado a menudo como si estuvieran vinculadas conmigo, cuando aparentemente eran antagónicas a mi propio pensar y sentir en ese momento.

El cuidado y la atención que he prestado, especialmente en lo que se refiere a las emociones, ha ampliado mi perspectiva para permitirme así ver con mayor claridad cuál es mi responsabilidad a la hora de reconocer y eliminar alguna debilidad personal. Además he tratado de que estos análisis me proporcionaran, progresivamente, un esquema más amplio acerca de cómo deben ser las cosas.

He mirado por debajo de la superficie para profundizar en algún punto clave que pudiera explicar la pérdida de equilibrio que traen consigo las situaciones problemáticas. Y sólo encuentro la existencia de una fuerza espiritual que trabaja, continuamente, a favor de un bien último. Esta fuerza, inteligente, actúa en nosotros como un imán, atrayendo las circunstancias y las relaciones que tenemos a nuestro alrededor. Más tarde, la falta de satisfacción, el dolor o la infelicidad nos impulsan a buscar soluciones.
Por debajo de la superficie existen las energías magnéticas de la atracción, que tienen la capacidad de hacer realidad nuestros deseos. Tenemos lo que deseamos. A través de los sentidos físicos nos relacionamos con el mundo material y adquirimos una serie de necesidades personales. No vemos las situaciones tal como son. Llevamos a cabo valoraciones superficiales, precipitadas o erróneas que se convierten en una especie de cadena que poco a poco nos ata. Lo que hemos ido asimilando a lo largo de las múltiples experiencias vividas –que no recordamos- se hace carne, alimentado por las emociones del momento. Así es como seguimos deseando de forma automática, sin evaluar, objetivos o relaciones que son fiel reflejo de una corriente subterránea nuestra que no reconocemos: es el imán operando en nosotros.

Es necesario practicar mucho para poder vencer los numerosos errores personales y colectivos que llevamos integrados. Tenemos que reciclar todo lo que ya no nos sirve y deshacernos de las cosas viejas e inútiles para dejar espacio a cosas nuevas de una dimensión más elevada.

La percepción de nuestra verdadera naturaleza y la del mundo que nos rodea, a nivel consciente, puede hacernos ver las situaciones con una visión más clara, tal como son, y llegar a crear las condiciones exactas que deseamos. El reconocimiento de nuestra naturaleza verdadera, idéntica a la fuerza espiritual, nos llena de energías inspiradoras, intuitivas, alejándonos de la sensación de opresión del mundo físico.

Las condiciones externas en las que está incluido nuestro cuerpo físico no determinan nuestras vidas, aunque parezca lo contrario. Si el mundo físico, al que nosotros hemos puesto en primer lugar, decide por nosotros, sólo tenemos que ponerlo en su sitio. Lo que está integrado en lugar preferente, en el núcleo de nuestra vida interior, es “nuestro” imán.

 

Vista desde Arunachala (India)


Proco Martínez
Profesora de Yoga y de Tai-Chi